Search

50 años sin Jim Morrison

50 años sin Jim Morrison
Mad hi-Hatter

Mad hi-Hatter

Café sonoro

Alrededor de las seis de la mañana del 3 de julio de 1971, el cuerpo de James Douglas Morrison, a quien el mundo conoció simplemente como Jim, fue encontrado sin vida en la bañera del departamento 19 del número 17 de la Rue Beautreillis, a unas cuadras de la Plaza de la Bastilla, en París. La causa oficial de la muerte fue un fallo cardiaco; mucho se ha especulado sobre una probable sobredosis de heroína y acerca de las personas involucradas en ella.

El cadáver fue encontrado por su “pareja cósmica”, Pamela Courson. En alguno de los tantos textos que he leído al respecto, decía que Jim daba la impresión de mirar al infinito, que incluso parecía esbozar una sonrisa casi imperceptible y que el agua de la tina tenía un extraño tinte rosado, debido al jabón y a una hemorragia nasal. Pam seguiría a Jim en su camino sin retorno tres años después, en 1974.

Awake.
Shake dreams from your hair
My pretty child, my sweet one.
Choose the day and choose the sign of your day
The day’s divinity
First thing you see…
 [1

En esta “nueva realidad” del 2021, y a medio siglo de distancia, ¿cómo puede este humilde sombrerero aproximarse a la figura de Jim Morrison? La forma más fácil, aunque obligada, es decir lo obvio: que fue el cantante, letrista y frontman de The Doors, una de las bandas emblemáticas del rock estadounidense. Por la edad en que murió, podría añadir que fue “miembro del Club de los 27”, como si tal cosa existiera, y habrá quienes insistan en su faceta de símbolo sexual.

The Doors

También podría hablar del hijo de un militar estadounidense y de un hombre con un IQ notable que a los veinte años ya había devorado numerosos volúmenes de poesía y filosofía. Aunque sin duda también debería añadir que se trató de una especie de sacerdote dionisiaco, alguien que vino al mundo a promover la embriaguez, el desenfreno de los sentidos, el éxtasis y la intoxicación.

Let me tell you about heartache and the loss of God
Wandering, wandering in hopeless night
Out here in the perimeter there are no stars
Out here we’s stoned
Immaculate.
 [2

En abril de 1969, Jim Morrison se presentó junto con The Doors en el programa Critique de la cadena PBS y fue entrevistado por el periodista Richard Goldstein, quien describió a la banda como “portadores de energía —brujos, si lo queremos poner así— que le devuelven a la música algo de la magia que perdió al refinarse para ser tocada en una sala de conciertos” y afirmó que eran una combinación de virtuosismo técnico con “una cierta gracia salvaje”.

Al referirse a Jim, Goldstein usó estas palabras: “para muchos críticos, es un vulgar exceso; pero cuando la música y el tempo son correctos, Jim Morrison puede transformar al rock en algo más que letras y música. En algo mágico. Claro, eso depende de tu voluntad de someterte a su hechizo. Puedes llamarlo teatral… o puedes creer que es algo religioso”. Jim Morrison, el gran chamán.

I’ll tell tou this:
No eternal reward will forgive us now
For wasting the dawn…
 [3

En el legado que —junto con Robby Krieger, Ray Manzarek y John Densmore— nos dejó en la forma de seis álbumes de estudio, realizados durante los cuatro breves años que duró su reinado, Morrison nos invita a “cruzar hacia el otro lado”, a “tomar una carretera hacia el fin de la noche”, a tomar paseos a la luz de la luna, a correr con él “sin tocar la tierra”. Nos dice que la gente es rara, que días extraños nos han hecho su presa y que hay que esperar al Sol.

Y desde las páginas de un libro arrugado, comprado en un puesto callejero de segunda mano, Jim añade algunas otras cosas. Nos dice, por ejemplo, que la poesía en realidad no dice nada, sólo explora las posibilidades y abre todas las puertas para que puedas cruzar por la que te plazca, o que puesto que nadie puede recordar una novela completa o describir un filme entero, mientras existan personas sólo la poesía y las canciones pueden sobrevivir al holocausto.

Death makes angels of us all
And gives us wings
Where we had shoulders
Smooth as raven’s claws…
 [4

Se cuentan muchas leyendas en torno a su tumba en el cementerio de Père Lachaise, en París. Alguna voz me dijo que “era un lugar obligado para darse un toque”, lo cual no he podido comprobar pero dudo seriamente, pues Jim ni siquiera era mucho de fumar mariguana; también leí en algún libro —no viene a cuento recordar cuál— que una multitud de grafitis van señalando su ubicación e incluso recuerdo al autor burlarse de las tumbas de “esos pobres poetas franceses”.

Tumba de Jim Morrison

Alguien que ya estuvo ahí y que, creo, se tomó el asunto con un poco de respeto, me dice que es una tumba pequeña, austera, en comparación con los mausoleos, las esculturas y las imponentes lápidas —de gente de la talla de Guillaume Apollinaire, Honoré de Balzac, Oscar Wilde y Marcel Proust— que la rodean. Al final, me complace pensar que Jim cumplió el sueño que lo llevó a París: vivir y morir como poeta, y estar para siempre rodeado de ellos…

No more money, no more fancy dress
This other kingdom seems by far the best […]
I will not go
Prefer a feast of friends to the giant family.
 [5

Una buena forma de honrar a este poeta maldito del siglo XX sería alejarse de la caricatura grotesca y malcopera que Oliver Stone nos presentó en The Doors (1991) y acercarse a Jim desde otra óptica, una que reste importancia a su embriaguez o a su embarrado pantalón de piel, y que preste atención a su voz que nos dice: “¿Por qué bebo? Para poder escribir poesía. Perdóname, Padre, porque sí sé lo que hago: quiero escuchar el último Poema del último Poeta…”

[1] “Despierta. Sacúdete los sueños del cabello, mi hermosa niña, mi dulzura. Elige el día y elige el signo de tu día. El día es divinidad. La primera cosa que ves.” [Todas las traducciones son del autor.]

[2] “Déjame decirte algo sobre el dolor en el corazón y la pérdida de Dios, deambulando, deambulando en noches sin esperanza. Aquí afuera, en el perímetro, no hay estrellas. Aquí afuera estamos intoxicados. Inmaculados”.

[3] “Te diré lo siguiente: ninguna recompensa eterna nos perdonará ahora por desperdiciar el amanecer”.

[4] “La muerte hace ángeles de todos nosotros y nos pone alas donde teníamos los hombros, suaves como garras de cuervo”.

[5] “No más dinero ni más ropa opulenta, este otro reino me parece por mucho mejor. Pero no iré: prefiero un festín con mis amigos que la Gran Familia”.

Si te gustó este artículo, podría interesarte…

Hildegard von Bingen y los cánticos del éxtasis

Hildegard von Bingen y los cánticos del éxtasis

Imagina que entras a una sala de conciertos. Al fondo, en contraste con la penumbra del área de pasillos y asientos, bajo un deslumbrante…
El 'porn groove' o de cómo se musicalizan las películas XXX

El ‘porn groove’ o de cómo se musicalizan las películas XXX

Tratándose de quien soy, y de esta columna que tengo a mi cargo, es fácil deducir que tengo una relación simbiótica con mi iTunes: a lo…
Storm Thorgerson y sus portadas de discos

Storm Thorgerson y sus portadas de discos

Este humilde sombrerero tiene que confesar que el caso de la obra del diseñador gráfico británico Storm Thorgerson es uno de amor a primera vista…
Handel, el Mesías, el Aleluya y la Navidad

Handel, el Mesías, el Aleluya y la Navidad

Antes de iniciar a contarles esta historia, debo ser completamente honesto: a este humilde sombrero no le gusta mucho la Navidad. La razón…

Recibe noticias de este blog