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Historias interminables: los ‘fanfictions’

Historias interminables: los 'fanfictions'
Paulo Araiza

Paulo Araiza

Creatividad

Las “ficciones de los fans”, conocidas popularmente como fanfics, son la solución para todos aquellos que han deseado alguna vez que la historia de una película o una novela continúe. ¿Qué pasó después de la invasión marciana en La guerra de los mundos? ¿Cómo le fue en Hogwarts a los hijos de Harry Potter? ¿Por qué tuvimos que despedirnos de Mr. Darcy al final de Orgullo y prejuicio? ¿Qué otras aventuras podrían tener los personajes de Star Wars?¿Y si escribiéramos una historia inspirada no en un profundo ensayo filosófico, sino en un videojuego?

Internet ha producido nuevos géneros literarios. Hay desde la llamada “twiteratura”, que consiste en escribir capítulos de novelas y minificciones en no más de 140 caracteres, hasta “blognovelas”, donde se recupera la esencia del folletín al publicar capítulos esporádicamente en los blogs. Un género que ha cobrado gran auge, pero que se remonta al Siglo de Oro español, es el de los fanfics. Pero, ¿qué es un fanfic? El término viene de fan fiction y significa, literalmente, “ficción de los fans”. Son historias independientes escritas por fanáticos de una novela, película, programa de televisión, cómic, anime u obra de teatro, publicados generalmente en internet. Muchos de estos fanáticos ni siquiera conocen las reglas elementales de la sintaxis, pero son leales a las obras que admiran. Los contenidos van desde continuaciones hasta cuentos con fuerte connotación sexual; hay desde minificciones hasta novelas de más de quinientas cuartillas en Word.

Debido a que cualquiera puede subir su historia a la red, hay tanto narraciones con nulo valor literario como relatos muy bien estructurados que se han convertido en objetos de estudio. Un ejemplo de lo anterior es “The Gossamer Project”, el portal que durante los noventa archivó los mejores fanfics de la serie Expedientes Secretos X. Acerca de este sitio se publicaron reseñas en el New York Times, en la revista Entertainment Weekly, y fue el tema del ensayo Coming Out as a Fanfiction Writer, que se presentó en la Western Australian Science Fiction Conference en 2001.

Como reza el eslogan del sitio de fanfics colombiano “Si no puedes vivirlo, escríbelo”, todo cabe en este género literario. Hay historias donde Buffy la Cazavampiros se encuentra con Macbeth; Cats, el musical de Sir Andrew Lloyd Webber, convive con Jean Valejan, Jauvert y otros personajes de Los miserables de Victor Hugo; Harry Potter tiene un affaire con Ron Weasley; y Simon Belmont —protagonista de los videojuegos Castlevania— enfrenta a Cthulhu y a todo el panteón lovecraftiano. Por la red deambulan alrededor de 2 575 fanfics inspirados en El Rey León, infinidad de cuentos protagonizados por personajes del mundo real —como Madonna o Barack Obama—, así como relatos pornográficos con trasfondo sadomasoquista donde es posible una orgía entre todos los personajes de una serie de televisión: Glee, por ejemplo.

Harry Potter versión fanfic

Estas historias han levantado polémica. J. K. Rowling, autora de la saga de Harry Potter, asegura que le encantan los fanfics porque ayudan a mantener vivo el interés por sus personajes, sin embargo detesta que sean obscenos. Por otro lado, Anne Rice, autora de Entrevista con el vampiro, y los novelistas de fantasía Robin Hobb y Terry Goodkind se manifiestan en contra de los fanfics, al grado de prohibir que se publique en la red cualquier creación inspirada en su obra.

Aunque han adquirido mucha fama en internet gracias a www.fanfiction.net, el sitio que recopila la mayor cantidad, bien dice el lugar común que no hay nada nuevo bajo el sol.

“En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivió un caballero Jedi…”

El nacimiento de los fanfics se dio con la muerte de la novela de caballería. Corría el año 1614 y, sin tener conciencia sobre ello, Alonso Fernández de Avellaneda creó el primer fan fiction de la historia. Se adelantó a todos los nerds inspirados en The Walking Dead y a las niñas enamoradizas que esperan la siguiente entrega de Crepúsculo al escribir la continuación del Quijote dos años antes de que Cervantes publicara la segunda parte de la novela. En su momento, esta apócrifa continuación causó reacciones similares a las que despiertan los fanfics modernos: fue despreciada por los críticos pero adorada por los lectores, por lo que tuvo que reimprimirse. Al Lazarillo de Tormes, otro clásico literario de la época, también le hicieron una continuación no autorizada por su creador. Y el hijo del autor de Sherlock Holmes, Sir Arthur Conan Doyle—quien mató, resucitó y finalmente retiró a su personaje—, escribió más aventuras sobre este detective de la literatura.

No obstante, el término y concepto de fan fiction no surgió hasta el siglo XX, junto con una de las series televisivas más icónicas: Star Trek, conocida en nuestro país como Viaje a las estrellas. Las legiones de fanáticos de los tripulantes de la nave Enterprise publicaron en 1967 el fanzine Spockanalia, donde narraban historias de su serie de televisión como a ellos les hubiera gustado que fueran.

'Spockanalia', fanfic de Star Trek

Pese al entusiasmo de estos escritores amateur, una de las críticas más constantes hacia los fan fictions tiene que ver con la calidad literaria, que casi siempre es escasa o nula. Afortunadamente, para el bien del género, también existen casos de conocedores que han escrito magistralmente sobre videojuegos y personajes de cómics, entre otros temas.

Fanfics escritos por expertos

No todos los autores de fan fictions son adolescentes otaku que asisten a convenciones disfrazados de Naruto o Sailor Moon; algunos son científicos y escritores reconocidos. Un caso es el de Eliezer Yudkowsky, divulgador de la ciencia y bloguero, quien escribió “Harry Potter and the Methods of Rationality”, donde utiliza al niño mago —uno de los personajes con más fanfics en la red— para hablar del método científico. E. L. James, autora del actual best seller Cincuenta sombras de Grey,comenzó a escribir su novela como un fan fiction de la saga Crepúsculo de Stephenie Meyer. Jay Bonansinga, autor galardonado con el premio Bram Stoker —uno de los reconocimientos más importantes de la literatura de terror— es autor de una novela basada en el cómic y la serie televisiva The Walking Dead, llamada Rise of the Governor, que cuenta la historia de Philip Blake, alias El Gobernador, uno de los villanos más memorables de la famosa historia de zombis.

Asimismo, están dos antologías de cuentos, una inspirada en un videojuego y la otra en un personaje de cómics: L. A. Noire: The Collected Storiesy The Further Adventures of The Joker, respectivamente. L. A. Noire es un videojuego para PlayStation 3, Xbox 360, Microsoft Windows y Macintosh que trata sobre un detective privado quien vive en Los Ángeles durante los años treinta, y está inspirado no sólo en el clásico cinematográfico Noir,sino en pilares literarios de la novela negra como Raymond Chandler y Dashiell Hammett. Por ello, a la par del videojuego, se lanzó la antología de cuentos L. A. Noire: The Collected Stories, donde se recopilan historias inspiradas en el videojuego escritas por maestros del género, como Lawrence Block, Jonathan Santlofer, Joe Lansdale y Andrew Vachss.

Si hay un personaje de cómics verdaderamente complejo es El Guasón. El archienemigo de Batman ha fascinado no sólo a directores como Christopher Nolan o actores como Jack Nicholson, también al editor Martin H. Greenberg, que en 1990 reunió a diferentes autores de terror, ciencia ficción y género policiaco para que escribieran su fanfic sobre el siniestro comodín creado por Jerry Robinson. El resultado fue el libro de cuentos The Further Adventures of The Joker. Si bien las narraciones no forman parte del acervo de la editorial DC Comics, eso no les resta calidad literaria. Entre los autores de renombre se encuentran: F. Paul Wilson, Robert R. McCammon, Robert Sheckley, Edward Bryant y Dan Simmons.

Pero ésa es otra historia…

En La historia interminable de Michael Ende, Bastian roba el libro por una simple razón: quiere tener en sus manos una historia que jamás se acabe. Como explica el escritor alemán, los únicos incapaces de comprender el motivo de un hurto así son: “quienes nunca hayan llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que habían tenido tantas aventuras, a los que querían y admiraban, por los que habían temido y rezado, y sin cuya compañía la vida les parecería vacía y sin sentido”. Los fanfics manifiestan el deseo de que nunca termine nuestra historia favorita. Son, a final de cuentas, historias interminables.

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